Cuando el problema se torna más que evidente, la estupidez te golpea de frente; Sí, sientes la necesidad estúpida de ayudar. Y tratas, y sientes nervios, y a veces no sabes cómo vas a reaccionar, pero lo intentas, porque claro, en intentarlo va todo, la buena intención, tus justificaciones, y un bien común.
Pero a cambio recibes desaprobación, malos gestos, fuertes palabras, disgustos y fracasos personales. Tu pequeño ego se reduce a su ínfima expresión, y la frustración te llena de pensamientos y la boca de mierda que quisieras escupir. Pero la contienes, te la llevas para llorar en silencio, para darte cuenta que hay otros que están conscientes de tu malestar, pero en su conciencia llevan una falsa satisfacción de rectitud y de decir, pensar y hacer lo "correcto", o en su absurdo intento por llevar una "moral" decir "sí, soy un pobre ser humano que se equivoca, pero sí, las cosas ya están hechas, no hay nada que se pueda hacer" Pues yo le digo ¡Sí! Sí hay algo que pueda hacer, verá; hay un pequeño mecanismo que en cosa de minutos de sólo reflexionar y urgarse las entrañas puede desencadenar una arritmia, una sudoración extraña, e incluso en casos, suspiros y movimientos continuos de cráneo desde un lado hacia otro: se llama "Disculpa", el pequeño mecanismo que regresa un instante al tiempo, y le permite reconocer que un hecho pasado, no fue válido o bien pensado... o bien sentido. Por desgracia, muy pocas personas conocen su existencia. Mientras allí permanece una cura de años y años de tortura, otros siguen por la vida, apagándose, muriendo.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

intento entender.
a veces comprendí y agarré el hilo,me sentí tan tú... pero otras me descolgué...