No soy un baúl para tus aventuras,
No soy el pañuelo para tus lágrimas
Ni la ceniza de tus incontables cigarros.
Soy alguien que siempre te quiso y le importaste al parecer, por ninguna cuerda razón.
Y si te pregunto, es porque lo cuestiono, porque eres incapaz siquiera de regalar una sonrisa cuando me acerco.
Siento que tu mirada busca en otra dirección, y eso sinceramente me apesta.
No soy todas esas cosas, nunca lo fui.
Así que ahorremos las estupideces, porque hace tanto que nos dejamos siquiera de saludar.