Y quería llorar con ganas
Y tuve momentos.
Hubo varios en realidad...
Él te miraba con deseos esperando la sal y el agua,
esperaba correr al encuentro de un abrazo.


Pero no logró salir absolutamente nada.
Sólo palabras. Necias palabras.
Y en mis memorias no estabas tú.
Tenía el recuerdo amargo de otros brazos
de una boca insípida que como reflejo calmó todo.


Me dio hasta risa.
Pero me trajo a su vez soledad.
Porque a pesar de todo, traté de convencerme de lo contrario
Pero no estabas más.
No estarás. 


Y desde entonces no puedo llorar. 

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