Pierdo el sentido en ocasiones, incluso del nombre mismo de este
blog.
Pero a la cruda verdad a veces tiento, y me burlo pensando que solo soy una pesimista.
Sin embargo, el encantamiento no es para siempre, es necesario pensarlo bien y tragarse la ironia por un rato.
Estoy vagando entre calles y ciudades que desconozco, y aun asi las hago propias para no perder la sintonia de mi corazon.
Y sin remordimientos, ni lagrimas, ni desgarros, tan solo logre escribir sobre su frente
"Y ojala, bien lo siento, ojala nunca me extrañes"
Cada vez es mas dificil recordar, que incluso a Ulises lo desconocieron en Itaca, siendo que el era su rey y heroe.
Yo ni uno ni lo otro, pero recordar que alguna vez respire del mismo aire, corri los mismos pasillos, sangre las mismas heridas... creo que es mucho pedir.

Jajaja, no es tragedia, basta con el egodrama
Es hora de recolectar historias y dejar cerrada de una vez esta puerta.



Cuando el problema se torna más que evidente, la estupidez te golpea de frente; Sí, sientes la necesidad estúpida de ayudar. Y tratas, y sientes nervios, y a veces no sabes cómo vas a reaccionar, pero lo intentas, porque claro, en intentarlo va todo, la buena intención, tus justificaciones, y un bien común.
Pero a cambio recibes desaprobación, malos gestos, fuertes palabras, disgustos y fracasos personales. Tu pequeño ego se reduce a su ínfima expresión, y la frustración te llena de pensamientos y la boca de mierda que quisieras escupir. Pero la contienes, te la llevas para llorar en silencio, para darte cuenta que hay otros que están conscientes de tu malestar, pero en su conciencia llevan una falsa satisfacción de rectitud y de decir, pensar y hacer lo "correcto", o en su absurdo intento por llevar una "moral" decir "sí, soy un pobre ser humano que se equivoca, pero sí, las cosas ya están hechas, no hay nada que se pueda hacer" Pues yo le digo ¡Sí! Sí hay algo que pueda hacer, verá; hay un pequeño mecanismo que en cosa de minutos de sólo reflexionar y urgarse las entrañas puede desencadenar una arritmia, una sudoración extraña, e incluso en casos, suspiros y movimientos continuos de cráneo desde un lado hacia otro: se llama "Disculpa", el pequeño mecanismo que regresa un instante al tiempo, y le permite reconocer que un hecho pasado, no fue válido o bien pensado... o bien sentido. Por desgracia, muy pocas personas conocen su existencia. Mientras allí permanece una cura de años y años de tortura, otros siguen por la vida, apagándose, muriendo.


Ttítulo: El cómo me volví Vecina de Ningún Lugar.

Colgaban inertes las manos sobre la alfombra, sudando cogía la cabeza mi almohada. Suspirando mantenía el corazón los recuerdos entre sueños, el sol rascaba mi ventana. El aroma de la cocina, las voces y el llanto del bebé de la vecina, mi perro ya viejo ladrando hacia las sombras me anunciaba mi falsa mañana.
Eran las 2, y sin vergüenza recogía mis miembros en el espasmo del sueño. De pie frente al espejo, esa maraña que llamo cabello, y esas castañas razones que dicen se llaman ojos, me reciben sin un gesto de alegría. Aun el sueño colgaba de mis tobillos, hasta el lavabo y la ducha me seguía.
Entre la comida y las miradas, los sí, no, quizás, tal vez, los escapes rápidos, las salidas triunfales, los silencios molestos, vasos van, otros que no vuelven. Y ahí, precisamente allí... me detengo. Estrepitosos cubiertos dejan mis manos y comienza la carcajada.



Me decidí a viajar.