No tienes permiso para morir



No puedo negar que estoy temblando con descaro, y que aunque todo debería fortalecerme, estoy pero cagada de miedo.

Esa vez que hablábamos de la muerte, cuando pensé que ya la vivías con lento pesar. Aun tengo esperanzas, sé que no es demasiado tarde. Al menos quiero alcanzar a decir que te quiero, antes que puedas olvidarlo todo.