Cartas sobre el camino

Crearé recuerdos que más tarde olvidarás,
porque a mi corazón iluso le guardaba esperanzas.
Porque a mi memoria hacías falta,
a veces creer es aun más peligroso que la mentira misma.

Recubrí mis ojos húmedos, mis manos tibias,
mis mejillas tibias,
de canciones y lamentos absurdos que te hacían reír.
No guardaba más que esos momentos,
que ese aroma, que esa estupidez.

No me interesaba en absoluto,
no me importaba más que la ausencia del tiempo.
Fatigados músculos, inertes esperas,
ridículos silencios, nauseabunda frialdad de otoño.

El invierno fue aun más solitario,
y las calles rodeadas de espasmos y suspiros.
Y lluvia
Y mis lágrimas
Y tu indiferencia
Y tantas cosas más que preferiría olvidar.

Pero no tiene sentido
dejó de tenerlo hace tanto tiempo.
¿Por qué?
¿Tendría que existir acaso?
Ahora soy quien tiene tantas preguntas ardiendo en los labios,
pero sin el tiempo siquiera de desperdiciarlas.

No tengo tu rostro, no tengo tus manos, ni tus hombros,
ni a ti. Pero no te quiero a ti. No es necesario.


Ahora yo tengo las preguntas, pero no quiero las respuestas.

En realidad es sólo una...
¿Siempre fuiste así con todo el mundo? Y si así lo fuese, entonces te mentiría, serían dos.
¿En qué momento entonces dejé de girar? 


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Odio mi pseudo-poesía. Pero declaro que no es sino más que una corriente de pensamiento. La verdad es que escribo en las micros. Sí, en transantiago. Y cada vez que la micro frena, redacto rápidamente lo que el pulso me permita. No es una excusa, sólo trato de explicar que esto no es poesía. Pero todos sabemos, con nuestra herencia romántica, que a esto se le parece la poesía. Que en verdad no es.



Ya regresé. Sí, debo admitirlo, por un momento tuve ese sentimiento de "pertenencia". Veía mi pieza luego de re-ordenar todo lo que el terremoto botó, y era casi simbólico. Sin luz aun, sin conocer la situación de muchos, con mis hermanos en casa, mi sobrina, mis padres, sentí que luego de tres meses había regresado años atrás. Me sentí en un lugar. 

Hoy mi propia familia me vino a dejar. Tomamos el té juntos, jugamos con el perro, conversamos.
Ya se han ido, y me siento asquerosamente infantil. Los extraño cada vez más, cuando siempre me han dicho que es cosa de acostumbrarse. 

Yo, tengo un problema con eso. Siempre extraño demasiado.


Una vez en el micro mañana, sé que lo olvidaré, escuchando música, mirando a los ojos a la gente, preguntándome cómo les habrá ido a todos en mi casa. No casa, el nido. 


Regresé a la Vecina de Ningún Lugar. 
De vacaciones por cierto, que en algún momento estuvo.

Ya queda poco



Traté de seguir un LJ, pero no sé, esto se ha transformado en una mala costumbre. Digo, mala costumbre en el sentido que no es una conducta que mantenga siempre, sino que realmente cuando lo necesito, escribo.

Me ayuda a.. no sé, llevar ¿una cuenta? no sé como llamarla, pero algo así como un registro, como si fuese a olvidar de pronto todo.

En fin. Ayer dije algo que me sorprendió, traté de imaginarme diciéndolo, desde fuera de mí claro.

"A veces ser serio no mata a nadie" o algo así. Hoy dije a una muy querida amiga
"Tanta gente que debo amar por la vida" Y entre todo sacamos entonces, concluyendo siempre en sueños "Debería ser a prueba de balas, de traiciones, de rechazos y demases" "De rechazos sobretodo" ...

Sí, no suena nada extraño, pero por un momento me alarmé: había olvidado que existía el corazón.


Hoy me dieron la pésima noticia que la niña que ayudaba a mi tía en la casa en Stgo se fue... Mi amiga, mi compañera de pieza, la que me escuchaba, y la que yo escuchaba... me despertó una angustia el corazón, ella se fue y no tengo cómo encontrarla. Mi cómplice, mi guardián... Ella se fue.

Y a pocos días de volver...

Esta es una de las pocas fotos que tengo de ti. Te voy a extrañar tanto...