Cada cual desde su rincón

Prometiste que todo quedaría atrás
y que nada terrible ocurriría.

Que había dejado aquellos fantasmas atrás, que no necesitaba recordar todo ese dolor para saber que estaba viva.
Que las pesadillas no existen como algo casual, sino que las deseaba.

Después de tanto tiempo en la distancia, me pareció que tenías razón
Pero no era cierto.

Y hoy cuando volvían de aquella oscuridad metafísica que construimos para vivir, me dijiste "ya descansaremos, ya descansaremos"

¿Cómo le digo entonces que no es opción huir? ¿Que acaso resuelve algo?
Cómo decirles, si yo tomé distancia y ¿me liberé?

Pero no, no era cierto. No me liberé, ocupé mi mente para recordar otras cosas.
Y hoy los fantasmas regresan para quedarse con un pedazo de mí, porque entre todas las mentiras que colgó el silencio, una de ellas era que "todo estaba bien"

Huir. Decirle que se vaya y tome esa distancia para ocupar sus miedos con otros nuevos, distintos a los nuestros.
Decirle a él que no se aparte, que debe enfrentar sus propios pasos, retroceder y entender por qué se ha hecho tanto daño.

¿Pero con qué rostro enfrentar el dolor del que formamos parte, cada cuál desde su rincón?