"Amiga"


No soy un baúl para tus aventuras,
No soy el pañuelo para tus lágrimas
Ni la ceniza de tus incontables cigarros.
Soy alguien que siempre te quiso y le importaste al parecer, por ninguna cuerda razón.
Y si te pregunto, es porque lo cuestiono, porque eres incapaz siquiera de regalar una sonrisa cuando me acerco. 
Siento que tu mirada busca en otra dirección, y eso sinceramente me apesta.
No soy todas esas cosas, nunca lo fui
Así que ahorremos las estupideces, porque hace tanto que nos dejamos siquiera de saludar. 

Tu sombra ya no me acomoda.
La vergüenza y la piedad, no me quedan.
¿Qué clase de juego es este?
¿Vas a decirme que tengo que estar bien aunque no seas capaz de admitir que te sientes superior?


Es ese juego extraño del autoestima y la personalidad.
Sentirse increíblemente miserable e inseguro, pero con la certeza que aun así, eres mejor que todos.


Qué desperdicio.


"Vivir rápido, morir joven"
¿Eso implica cagarle la existencia al resto?


No gracias.
Porque de verdad, tu única experiencia con la muerte, es el arrepentimiento.
A pesar de todo, puedo vivir tranquila
Joven



Sol de Mayo

"- ¿Por qué está así? ¿Por qué no sonríe?, ¿Qué le pasa?
-  Cuando se va el sol, se pone así. Triste
- ¿Por qué?
- Porque es así

No sabré nunca si es por imitación, si es por lo que aprendemos durante nuestra infancia, o porque claramente parte de nuestro carácter se configura a partir de nuestras respuestas a la serie de hechos que ocurren durante nuestra "primera vida". 

Nunca quise entristecer mi alma por falta de un astro. Pero es tierna la analogía al pensar que por ausencia de muchos seres importantes en mi vida, puedo permanecer nebulosa. Cansada, deprimida. 

-¿Por qué?
- Porque es así. 

La luz, me decía entonces, dispone su ánimo para ser feliz una vida entera. Lograr cada día un poco de optimismo. Sobrevivir a las penas de Mayo, de Junio, Julio... hasta que regrese el sol. " 

Y quería llorar con ganas
Y tuve momentos.
Hubo varios en realidad...
Él te miraba con deseos esperando la sal y el agua,
esperaba correr al encuentro de un abrazo.


Pero no logró salir absolutamente nada.
Sólo palabras. Necias palabras.
Y en mis memorias no estabas tú.
Tenía el recuerdo amargo de otros brazos
de una boca insípida que como reflejo calmó todo.


Me dio hasta risa.
Pero me trajo a su vez soledad.
Porque a pesar de todo, traté de convencerme de lo contrario
Pero no estabas más.
No estarás. 


Y desde entonces no puedo llorar.