Para dormir mejor

Qué grata sensación me produce pensar que al despertar mañana podré verte una vez más. Me hacías falta para dormir, para dejar de pensar, para dejar de sentirme tan rara. Bienvenido a casa. 

Pero ya no

No es sólo una actitud negativa frente a la vida, sino una bastante realista por lo demás.
Y es que las amistades que te venden en las series, en los "monitos", no es cierta.
Yo tenía amigos, creo.

Pero ya no

Estar bien

No mantuve amigos de la época del colegio.
Sé que a veces me apena, especialmente cuando veo que se escriben, se toman fotografías juntos.
Mis amigas tienen nuevas amistades, y eso está bien. Yo no tengo nueva gente que frecuentar, ni menos estrechar algún tipo de "lazo".
No tengo lugar donde vivir, y eso me frustra la mayoría del tiempo.
Tengo trabajo, tengo salud (por ahora), tengo amor, me tengo aun.
Tengo gente "cercana" que he sorprendido hablando a mis espaldas. Y eso no está bien.

Quisiera pensar que basta con "estar bien".

Tengo Pena

Pero decidí que no voy a llorar.

Hasta pronto ustedes

Yo no voy a competir por nadie, se supone que la amistad se cultiva. Pero cuando te dejan de lado por otras personas, por superficialidades, por carretes… Filo con ustedes. Total, qué importan 10 años, 7, 5… el problema siempre lo tengo yo. Hasta pronto quizás

Otra vez

Me pregunto si pensarán desde el otro lado de la situación.
Ya escucho claramente "ha pasado tiempo, debes superarlo". Yo he superado los sentimientos negativos, los positivos, toda clase de sentimientos. Pero cuando sientes que te deben una disculpa, o al menos una palabra...

Y es que no entiendo por qué tendría que ir yo a exigirlo o hablarlo, porque no se trata de orgullo (ya he hecho bastante cosas por no ser precisamente orgullosa.)

Si sabes que en el fondo hiciste algo que me hizo mal, ¿por qué tendría que dirigirte la palabra esperando que te disculpes? Porque lo más probable es que no sientas remordimiento y te sientas víctima. Porque todo lo que ya pasó, no me importa, hace mucho tiempo que ya no. Pero aunque no lo parezca, sigo esperando tu disculpa tras esa borrachera, tras tu estupidez hace ya cuánto, ¿4 años?

No gasto mi tiempo en odiarte, ni menos recordar nada, pero cada vez que apareces, pucha que es difícil ignorar la obligación que siento de guardar silencio y ni siquiera mirarte.

O porque jamás he sido una persona cool.

No acostumbro contestar mensajes anónimos, prefiero los rostros, los nombres, la seriedad.
Pero debo admitir que los leo con el corazón latiendo mil veces más fuerte de lo acostumbrado, que los leo un par de veces hasta digerir las estupideces, y a veces las verdades.
Quisiera decir que no me afecta lo que un desconocido o un casi-conocido pueda decirme. Pero por lo que esos mensajes dicen, me apena pensar que probablemente vienen de parte de "amigos", de "cercanos". 

Es que la insistencia me abruma, no de la frecuencia de los mensajes, sino por los mismos temas. Y lo peor, es que son cosas que efectivamente me desesperan.

¿Por qué nunca he podido mantener las amistades? ¿Y es que soy tan repelente? 

Pienso lo que escribí hace un tiempo: quizás mi idea de una soledad lejana, una compartida, aparta a la gente. 

O porque jamás he sido una persona cool. 

Agradecida

A un año, he recorrido tanto que muchas veces siento vértigo.
Pero nunca dejé de sentir sus manos en mi espalda, sus abrazos, sus besos.

Nunca es tarde para sentirse agradecida, a pesar de todo.

Al medio

Al medio.
Al medio de 5 hijos, al medio del olvido y el espontáneo recuerdo.
Entre dos amistades que se pelean, al medio de un medio divorcio.
Al medio del amor y el des-amor, al medio medio partida.
Al medio de la lágrima y la sonrisa, pretendiendo que no pasa nada.
Al medio de mensajes y llamadas a medio contestar, 
al medio del "muchas gracias, pero ya llegó alguien más". 
Ni vencedora, ni perdedora, desplazada por estar siempre al medio. 
En el espacio de un sí y un no, no me alcanza para un tal vez. 

Al medio del desdén con que ya me miran, 
al medio del viaje y el regreso. 

Los bordes y extensiones de su ego, señorita.

Viviré en una burbuja, quizás muy pequeñita, pero con aspiraciones grandiosas.
Pero al menos reconozco que habito una. 

Y tal vez en ese auto-examen, puedo desenvolver en el lenguaje la posibilidad de extender sus límites, y pensar que dentro de ella pudiese caber "casi-todo el mundo", "casi-todas las cosas". 

Me pregunto si, como al no darte cuenta, al no decirlo, tan siquiera pensarlo, podrías alguna vez salirte de la propia, y darte cuenta que cuando muchos tocamos los bordes acuosos de tu circunferencia, no es por atacarte, sino por sencilla honestidad. 

Ojalá recapacites, porque hasta el momento sólo puedo ver tu capacidad de reflejar mil veces tu figura dentro de esa mezcla jabonosa que conoces por realidad. 

Septiembre sólo será de paso

No puedo evitar mi torpeza, y quizás mi emoción.

Vendrá Alain Bergala a Chile, y tendré la oportunidad de verlo, escucharlo.
Es un hombre muy importante, y sin saberlo en verdad, creo que puede darle un giro a mi vida, aunque suene exagerado (de todos modos, cuando no lo he sido). 
La pedagogía con el cine, para el cine, poder cambiar la visión que hay sobre éste y sus capacidades artísticas, la construcción de un refugio, de un espacio, de una relación con las obras y nosotros mismos, es algo que me ha motivado año tras año en este camino de tierra que comencé a transitar hace ya 7 años, y que sin dudas me encantaría pavimentar, mejorarlo, ser un aporte en mi país, y quizás aun más reducido, en mi familia, con mis amigos. Con quien me conozca. 

Mi ansiedad desde que supe esta noticia, ha mejorado incluso algo mi humor, a ratos me deja de importar esta dolencia, que poco a poco se está retirando. 


No puedo explicar el amor que siento cada vez que una película me cautiva, ni la incomodidad que recorre mi espina cuando alguna me disgusta, cuando me vuelca hacia dentro, me revuelve las entrañas o me rompe en llanto.  No puedo explicar la felicidad que me produce formar parte de esta idea loca de educar con el séptimo arte. 

Ya quiero que llegue Octubre, Septiembre sólo será de paso. 

Miedo a enfermar.

Hace mucho que no lloraba por miedo.
Y hace tanto que no decía "mi mamá tenía razón".

Había que tomarse las cosas con calma, dormir lo necesario, sonreír más.
No pensé que mis músculos se fatigaran, que los nervios se inflamaran así, perdiendo la capacidad de estirar los labios, comer correctamente, o tan siquiera pestañear.

Incluso cuando caían tibias las primeras gotas, suspiré y dije sin pensar "Dios mío, por qué". 
Sin pensar el uso diario de esa expresión, sin pensar con franqueza si existe o no.

Sólo espero los médicos puedan ayudarme a mejorar, porque hasta hace unos días no sabía apreciar realmente ese tipo de detalles, no hasta que me vi imposibilitada de funcionar "normalmente". 

Tengo miedo, pero también tengo esperanzas de volver. 

In(diferencia)

Traté de sonar indiferente, aunque quizás tenía un tinte de pesadez involuntario.
La verdad es que nunca me ha gustado el gusto amargo de una palabra callada, en la punta de la lengua. No fue mi intención, pero tampoco importan las disculpas. 


Los defectos

Él ama hasta las arrugas de mi nariz al reír,
el ama las pecas discretas de mis mejillas, de mis manos.
Los pliegues de mi panza, las marcas en mis piernas, los lunares que suman más de ochenta ya...

No le importa si mi talla es 42, o si mis zapatos son 38 y otras veces 39.
No le importa si mi cabello va creciendo mucho o lo recorte (pero sí prefiere mil veces que lo lleve suelto)

Él antes que todo, supo amar lo que yo no pude en 24 años.

Sé feliz, pero no aquí.

No debería sentirme así
No tendría que molestarme, pero no voy a mentir y decir que no me produce nada.
Y que claramente lo que estás sufriendo puede ser mil veces mayor que la tenue llama que tengo amargándome la garganta en estos momentos

PERO...

¿Si no pertenezco a tu corazón, entonces adiós?
¿Fuiste mi amigo con esperanzas ciegas de ser otra cosa que no un amigo?

¿Y para qué leerte tanto? ¿Para qué compartir tantas cosas? ¿Para qué? PARA.

Un buen amigo me dijo (y cada vez que puede, me lo repite con dulzura) "al terminar una relación, sea de amor, de amistad, mira hacia atrás y siéntete orgullosa de haber entregado tu cariño y sinceridad. Si fuiste tú antes, podrás seguir siendo tú adelante. Sin arrepentimientos"

No me arrepiento, para nada. 

Pero no puedo admitirte de nuevo, no de la misma manera.

Quisiera pensar que es un hasta luego, pero creo que ahora, en estas circunstancias, no veo más que molestias y pendejerías de mi parte. 

Qué paja, en verdad, porque podría ser mejor persona.

Pero siento como si no lo quisiera ser, como si en verdad estuviese molesta.
Sé que fue un gesto idiota, pero ya ver que no estoy en tus "contactos", fue suficiente como para entender que amigos no somos, ni podremos ser. 

Con un burdo y frío chao, no te dedico nada más. 

Salvo esto: sé feliz, y ojalá te lo permitas. 

El miedo / la risa

Hoy me despedí, te besé en la boca y salí feliz del tren.
Un par de pasos bastaban, vi una figura rojiza que atravesó el andén y corrió hacia el vagón. Sé que me vio, por un segundo. Lo vi y el corazón se me agitó. No sé si de rabia, tristeza, pero claramente no fue de alegría. 

Pensé "no lo esperabas". Menos yo.
Pero fui valiente y entonces aproveché que el tren aun no cerraba sus puertas, ni sonaba la alarma del cierre. 

"Hola" le dije. Miró asustado y respondió con un inconsciente "Hola". Bajó su mirada rápidamente a su celular y siguió masticando chicle ruidosa y descuidadamente. Seguí caminando en línea recta, y no pude evitar sentir una pequeña llama de orgullo dentro. 

"Al menos no lo arrojé a las líneas del tren, tampoco entré para empujarlo contra la gente, ni lloré, ni grité". 

Tras el viaje en el micro, me senté a solas un momento sobre el antiguo puente de cemento.

Escribí en la última página de mi libreta: "Piensa que con el avance, siempre se está más grande :)
Sé que ahora suena tonto y que probablemente mi redacción ha empeorado con el tiempo, pero lo importante de todo (supongo), es reconocer a diario el éxito en estas pequeñas batallas con uno mismo y sus demonios. 

Para eso venía la muerte, me dije entonces.

"Vinimos solos a este mundo, y así tal cual con la única certeza de tener los huesos bajo la piel, así nada más nos vamos."

¿Por qué?

¿Por qué si como todos los animales, permanecemos en periodos de soledad buscando sobrevivir a la tempestad para luego reencontrarnos con nuestros seres amados y no para seguir aislados? ¿Cuál es el motor de esa idea que nos implica de tal manera a aceptar un destino "cruel", habitando amargamente la soledad, aprehendiéndola y besándola cínicamente en la boca? 

"Me gusta estar solo, es el primer paso para reconocerse, para amarse y valorarse"
No necesito estar solo para eso, necesito pensar, reflexionar para llegar a esos puntos, silenciar aun más el espacio y conseguir alejar los ecos de otras voces, amigas o no. Pero no por eso anular cualquier tipo de contacto. 

No me gusta estar solo, cómo voy a disfrutar la soledad. ¿Qué es lo que debo disfrutar de eso? ¿Por qué querer estar con otros está mal? ¿Quién determinó que vinimos a este mundo para estar solos y así regocijarnos en la paradoja más cruel e individualista de todos los tiempos? 

"Sí, ahí ustedes que quieren vivir de la hipocresía, del buen vino y las risas, del pito afuera en las canchas de tierra, y luego pa' la casa, a tragarse sus miedos con los restos del placer que se esparce con el humo y la orina." 

Tampoco se trata de obligar ni de amarrar a alguien a nuestras costillas y arrastrarlo por ahí. 
Pero no me vengan con el cuento de que estamos destinados a la infinita soledad. Al menos pensaba que para eso venía la muerte. 

Control

Cierro los ojos y me digo que todo va bien.
Y la verdad es que allí en el silencio, donde no hay colores, olores, ruidos molestos (...) no hay razones suficientes para no estarlo. 
Me convencí por años que todos los intentos, eran para no ser feliz, para conformarme. 
No se trata de ser exigente tampoco... La felicidad no se basa en caprichos, en alegrías absurdas. 

Simplemente los temores (tantos) me nublaban a diario, me mantenían aferrada a la tierra. 
Hoy puedo recostarme sobre ella sin hundir mis uñas, mirando el cielo sin temor. 

Puedo conversar las cosas, puedo estar más serena. 
No tengo odios, ni resentimientos. Puedo escuchar, puedo sentir. 
¿Miedo? siempre vendrá por mí, pero lo conozco tan bien, que ya no puede hacerme daño. 

Decidí que controlaría mi vida, en la medida que ésta no termine controlándome. 

Suu

Alguna vez dije (y lo sostengo)

A veces, las sorpresas nos encuentran con el corazón abierto

Corrección

No quiero pensar que escribo sólo cuando me siento mal.

A veces quiero escribir cuando me siento "bien", o "regular".

Vi fotos de mis compañeros de colegio, algunos se juntaron a carretear en febrero. Me caían bien, o creo que aun lo hacen, pero siempre fui la nerd, claramente muy poco popular. Aun lo soy.

Pensé en lo que hacía en esos años, cuando solía abrir el word y echaba a correr la imaginación. Pensé en los textos y cuentos de antes, que ahora me parecen basura romanticona.

Resulta que los pensé perdidos, eliminados del espacio del computador. Algunos sobrevivieron por esperanzas ocultas de ser corregidos. O al menos releídos.

Creo que cuando necesite descansar, en vez de pasármela en tumblr (aunque eso rara vez ocurre, después de 4 años), voy a recurrir a esas viejas andanzas, y quizás corrija más de algún error (en los cuentos por lo menos, para los errores vividos, sólo me resta vivir.)

Cuentas

Se me revolvía todo, me daba escalofríos. Porque estuve en tu lugar, equivocada, pensando que el mundo se acababa, que lloraba día tras día, hora tras hora por una obsesión. 

Por la idea fija de que si estaba sola, moriría. 

Y es verdad, en cierto modo, porque pierdes la voluntad de salir siquiera de ese estado de insomnia que anula todo. Porque sentí cómo se quemaban mis entrañas, como el corazón dolía, sentía la fuerza perdida en el espacio, la flaqueza de los músculos y la incapacidad de sonreír.

Sentí lástima por mí, porque no me vi siquiera posibilitada a odiar. Pensé entonces, que nada podía ser más intenso.

Y sentí también el dolor de ver feliz a otro, de verle junto a otra, cuando me dijo que no podía estar en una relación. Debería ser suficiente para entenderle, al fin y al cabo, yo pude seguir adelante (después de caer un par de veces... bueno, varias.) Pero no es lo mismo, todo quiere que piense/sienta que fue un maricón. 

En ese caso, también lo soy. 
Debería sentirlo así, pero ¿qué es lo que debo entonces? ¿A quién más que a mí debería rendir las cuentas para ser feliz?

Lo primero que aprendí de mi madre, cuando empezaba a balbucear, era que en algún momento debía aprender a callar.

Lo segundo que aprendí, fue de mi hermana, quien me dijo siempre que por hablar mucho, alguien se llegaría a aburrir.

Lo triste es, que no me enseñó que ese alguien sería yo.