Un día afuera

Qué ganas de un café, y de escuchar a algún amigo. Escuchar sus historias, reír sus memorias, sus alegrías. Mirar por la ventana cuando la gente pasa, soñar con el futuro incierto. Dejar por un momento lo que se vive a ratos en la soledad, acompañarse de otro ser solitario, formar memorias para los días que vendrán después. 

Ganas sí, de salir a caminar con el viento, mirar las vitrinas, soñar con el otoño. Imaginar los viajes, salir a otra ciudad, otro país. Pensar en todo lo que hay que hacer como si estuviese lejos, pensar en lo que hay que aprender aún antes de partir. 







Insomnio

A veces tengo insomnio, y comienzo a recordar todas las cosas que hice mal.
O las que, pensando que podrían ir bien, terminaron siendo amargas, o se dibujaron como un trauma en mi cabeza.
Pienso que podría arrepentirme, cierro los ojos para borrar (o volver a guardar en su lugar) aquellos desagradables recuerdos.
Tomo aire y bostezo, tratando de ser vencida por el sueño.
Y termino diciéndome "algún día, debería escribir mis memorias, sacar los demonios que duermen en el día, y despiertan por las noches". También pienso que debería terminar aquél guión que empecé hace un tiempo, re-escribir ese cuento, revisar otros...

Y vuelvo a dormir.

El día que noté que ya no podía beber.

Diciembre siempre se ha caracterizado por su carga importante de trabajo y estrés emocional. Ésta vez, problemas familiares han provocado un desinterés grandioso en actos tan cotidianos como levantarse de la cama.
Hace unos días era tal mi amargura, que pensé "necesito un vino". Peor fue mi reacción cuando recordé que no puedo beber alcohol. El tratamiento no sólo prohíbe el azúcar, pasar más de 4 horas sin comer, o más de 12 horas sin desayunar. También prohíbe las bebidas alcohólicas, y no por las calorías y toda esa vaina, sino por el fármaco que mantiene mi insulina a raya.

Qué fastidio en verdad, hace años que no fumo, trato de hacer deporte y me canso en demasía, y ahora no puedo beber sí quiero, aunque sea una miserable copa de vino.
De todos modos, llevaba tiempo sin beber, desde Octubre más o menos, eso considerando que debo haber tomado ese mes en total, unos dos vasos de cerveza y nada más. Ya bebía muy poco, pero un día en particular, me hizo falta.
Llevo dos meses sin beber alcohol.  Y no es tan terrible la verdad, salvo en días de frustración.