El reclamo del pesimista

Con todo el amor, con todo el respeto, con todas las buenas intenciones, buenas palabras, bellas sonrisas...

¡Dejen de decir que todo saldrá bien, si no está haciendo algo para ayudar! ¡Las cosas no se solucionan mágicamente! ¡Si he acudido a usted es porque necesito ayuda! Es mi forma de pedir acciones, no suplementos, no "ánimos", algo que en verdad mejore las cosas. 


Al borde del abismo, 
con los pies temblorosos, con la voz rota.

Sin vuelta atrás, sin vuelta porque o sino regreso a las dudas. 
Ya no es necesario que hayan golpes, las palabras bastan para entender que debemos despegar. 

Pero no hay papeles suficientes, no hay justificaciones, no hay oportunidades a la vista. 
Lanzarse al vacío, comprometer la vida por vivirla demasiado.

Temor.

Quisiera en verdad tener la solución a todo lo que provoqué.