Supongo

Ya sabes, es una terapia horrible.
Pero terapia al fin, mejor que tomar por la garganta algo que los ojos no logran conciliar.
Ya no me agrada el color del papel tapiz.
Dime ¿qué otras cosas te perturban?
Llevar ahora esta vida de nómade. La frustración de no saber qué cresta hacer.
Ah, es sólo el comienzo.
Sí, en realidad es lo de menos. Verás, viene de esa necesidad estúpida de tener recuerdos en un lugar físico.
¿El cerebro no es un lugar físico?
Sí, sí, pero sumamente vulnerable, a veces necesita ayuda.
A veces.
Bueno, siempre.
De acuerdo. ¿Qué más?
Okay. En estos momentos, siento una apatía enorme.
¿Apatía?
Sí, como si me tragara la parte de la comida que no te gusta. Finges que te agrada tanto como el resto, o simplemente guardas silencio mientras tratas de no atorarte cuando tragas.
Entiendo. 
Ojalá así sea. Ni yo entiendo. 
¿Por qué crees que sea?
No sé, sería más simple si dijera que él me pegó todo eso, ya sabes, su "onda"
Ah, onda...
Sí bueno, algo así. Pero tú y yo sabemos que no se trata de eso.
Podría llegar a suponer que tiene relación, pero no es del todo cierto.
No sé, desde lo superficial hasta lo que se pretende "profundo", como que me está escarbando el cerebro a tal punto de arderme la conciencia por moderle el pensamiento al resto, o al menos a quienes en cierto punto me agradan. Creo que de ahí proviene todo. Es como si al final me detestara por agradarme esas personas, las que finalmente en algún aspecto detesto, pero por tolerancia y por un asunto de bienestar personal pseudo-espiritual me niego a odiar o apartar.
Ya entiendo.
Oh, de todos modos, sí comencé a apartar a algunos.
¿Y qué tal se siente?
Pues mal. Pero no queda otra, así con lo nómade, nadie podrá asegurarme relaciones seguras con Pedro, Juan y Diego. 
Oh. Pero eso es miedo.
Puede ser, pero quién no lo siente. Al menos lo que tuve, lo viví intensamente. 
Lo viviste, supongo que es lo importante.
Supones bien.          

El viaje

Ella espera el viaje para extrañar. Para sorprenderse, para respirar. Para reencontrar esa nostalgia de sentirse extranjero y nuevo, para pensar sin ser pensado más que una visita, una sombra. Ella espera el viaje para sentirse sola en su alegría y recordar que en una no casa, le espera el hogar más dulce y seguro. 

Ellos quieren viajar porque se les acaba el tiempo. Porque están canosos y cansados, con el corazón fatigado en injusticias y planes que no lograron. O están a medias. O no son lo que esperaban. Pero ahora es tiempo, ahora sí. Su viaje y que sí resulte como han planeado. Reencontrarse en una ciudad extranjera y reforzar la idea del "uno para el otro", de que toda la vida ha valido el esfuerzo, la rabia y la pena. Y las alegrías, por qué no. 

Él desea un viaje sin fronteras. Vivir la vertiginosa experiencia de desear y vivir, y en el deseo seguir deseando y seguir viviendo, detenerse al viento frío y sonreír a las montañas. Recorrer sin importar el día, ni el mes, ni el año. Ajustarse al mundo que lo mantiene atado a esta vida y recorrerlo sin más temor que dejar de existir. Y en el silencio agotar los sonidos que lo enloquecen, lograr en el equilibrio el brote de su dulce corazón.

Ella espera el viaje y el retorno, para sentirse sola en su alegría y recordar que en una no casa, le espera el hogar más dulce y seguro. Su corazón.

Atentamente.

Ayer acostumbraba el peso de un mal tiempo.
De un mal pasado, allí sobre la mesa más simbólica que nada.
Recordaba la sombra y el sonido del zumbido algo sordo entre los gritos. 
No había razón para sentir dolor. 
Más ahí estaba, y en verdad me importó un carajo tu censura. 
Me vale madre.

No tengo respeto a quien con fuerza calla. Ni por locura ni certezas.
Tú ultrajaste mil veces mi paciencia, 
por estallar tan frágil, por quedarme en la violencia de tus palabras.
No hay respeto en el temor.

No contengo y ya no caigo. 
Sin entender preferí callar.
Sí, resguardar el pensamiento a su posibilidad de esfumarse,
porque no vale la pena ante el puño enrojecido.
Porque no temo a tus golpes sino fatigan mi conciencia,
la posibilidad de amar de alguna manera y resguardarme en tu sangre.

A mi, con sinceridad, me valen madre.

Tarot

Ellos jugaban cartas. O al menos eso pensaba.
Jugaban a adivinar el destino, a ponerse en manos de una fortuna más menos "habitable". 
Recordó las frases del pastor con escalofríos, se resistió a la memoria y volvió a leer la frase infinitas veces.
Y volvió a recordar. Pensó en él.
Levantó la vista, caminó como si no existiese nadie más en la habitación y cruzó a la cocina. 
Soltó debilmente el aire que no llegaba siquiera a su tórax, abrió la gaveta. Sacó el cereal y vació levemente su contenido en el bol. Lo observó con desgano y guardó la caja. Regresó en silencio y se sentó en el escuálido sofá entre frazadas.
El silencio traía de vuelta su voz, su respiración, esa imagen que encontraba tierna en su interior.
Lo observaba, él cerraba los ojos. 
"Tiritabas" quiso decir. Se resistió.
No había silencio en realidad, necesitaba negar que por fuera existiese algo más, porque por dentro, la fiesta llegaba a la calma de la catarsis, de esa euforia que sin llegar a angustia aun, aterriza en la realización, en su entera persona única y posible. 
"Tiritabas, y te amé. Estabas aquí, y aun no te puedo sacar." 
Ella sonrió, sin importar ya las vibras ni la energía extraña que la mantuvo aislada nuevamente entre la gente. 
Ellos jugaban a ser hombres básicos, a ser creyentes. O al menos eso creía.

Negación

Hoy no tenía ganas de despertar.
Aun las polillas aterraban los párpados, y el sol ausente simplemente no valía la pena.
Me agarroté con los clichés que anoche no podía tragar,
y me superaba la idiotez de creerme sentimental.
Siempre ha sido un vacío que pretendía desdoblar en palabras,
matar esa ausencia.
No hay nada.

Salto, un tema a otro, dicen un desorden,
yo le decía pulso, no podría unirte.
Pero proviene de lo mismo,
me miré y pensaba lo que precisamente no te dije.
Y "sí" en contracción.
No hacía falta escribirlo, y es esta posibilidad de hacer de algo simplemente nada.

Pensaba y se acababa el aire,
El día que te necesite, creo que no te buscaré.
No habrá botón de pánico,
me reuniré con los muertos que abandoné por desconfianza.
Pero es como si quisiera adolecer de verdad, esto es pura mentira.

Aun cuando pretendo vivir, estoy nada más que negando.

Dormir en exceso

Divagar.


Sí, no me doy el tiempo, y siento ganas de decir cosas inconexas.
Pero el haber dormido en exceso por dos días me trajo a ese estado imbécil que mantengo durante el verano.
Ese ánimo de rabia, de querer sacar de adentro cierta oscuridad.

Y ayer hablaba contigo, que has sido mejor consejera que nadie, que compartes conmigo una alegría por el
ser y la compañía. 
Entonces hablábamos y yo pensé "qué cresta estoy haciendo"

Sí ¿sabes? yo siempre preocupada, tratando de entenderlos. Yo, la que corre por si lo necesitan o no,
la que angustiada siente cuando algo está mal y llega a tiempo. ¿Y si nunca hubiese llegado? ¿Y si hubiese ignorado en el alma la punzada que me cruzaba las costillas y se clavaba justo allí, en un punto ciego entre el pecho y la espalda?

No, ¿sabes?, qué hubiese sido de mí si nunca hubiese cruzado la habitación y te hubiese tomado en los brazos, te hubiese hablado estupideces (como siempre) sólo para distraerte y sacarte de adentro el dolor.

Qué hubiese sido entonces de mí, cuando me llamaste destruido, y te recibí en mi casa y te invité a olvidarte de todo para hacerte más feliz.

Y miro entonces, ME miro en este estado de nada, estoy feliz, está todo bien, pero no te entiendo. Tienes reacciones de mierda, me has dejado atrás, tienes otros amigos sí, no lo había olvidado, pero en cierto modo me he sentido dejada atrás.

No, ¿sabes? todo giraba en torno tuyo. A cada rato preocupada, pensando qué hacer para alivianarte todo, y por otro lado gestando un cierto remordimiento hacia personas que no debía, qué mierda.

No, no. Hay una canción hermosa, que citaré esta vez "No voy a matarme para entrar en tu vida"

Así es. 

La última vez te ignoré y funcionó, volviste a pedazos como "algo" que "fuiste". Me da un dolor horrible pensar que esto se truncó, pero ya qué, no puedo pretender seguir sufriendo.

Sé que se me pasará y volveré a ser la misma idiota de siempre. 
Pero a este malestar, le acabo en palabras, como decía un buen profe de filosofía. 
"Al llevar el pensamiento en palabras, este mismo se ha agotado"

Fin FIN fin.

Oh, ni yo me creo. Pero debo decirlo, pero tengo miedo también de arruinarlo todo. Y siempre lo hago.
Pero también es cierto que siempre termino diciendo lo que siento/pienso. 

Te extraño.

Y gracias.

Por un instante fui en verdad una mala mujer.

CG

Tienes razón, ha sido un invierno algo triste.
Has tenido razón en muchas cosas, sólo que no te he dado las gracias suficientes. Pero tú eres así, y yo bueno, sabes, soy yo, aunque suene obvio  y tantas veces lo pasemos por alto.
Cosas raras del destino, al principio me caías algo mal, no en persona claro, sino por estos medios que realmente me sacan de mis casillas (da lo mismo el medio, es súper fácil sacarme de las casillas jajaja)
pero resultaste ser tan abominablemente inteligente, una persona tan espeluznantemente aguda, que debo admitir que siento miedo al verte así. Sí, mejor atribuirlo a un problema de salud, sobredimensionar las cosas es algo que simplemente las mujeres hacemos muy bien, y no es realmente necesario. Es que somos precabidas, nos esmeramos para que no existan errores. Deberíamos todas estudiar prevención de riesgos, pero quizás eso entorpecería la labor de madre de muchas. No puedo hablar por mí, no lo soy ni pretendo serlo.

En fin, realmente la vecina quería tomarse su propio espacio para darte las gracias. No me importa realmente cómo esté tu autoestima ahora, creo que en este arrebato egoísta (como toda mi persona) quiero dedicarte mis más sinceros sentimientos y buenas vibras para que todo salga bien. Ahí ves tú cómo sostienes todo esto, yo espero seguir siendo amigos para ayudarte como tú lo has hecho conmigo (: 

Lo último que se pierde, no es la esperanza. Es la vida.

Conciencia



Sí, es una vergüenza.

Ella dijo que adiós, ella dijo que fin.

En cierto modo, yo tendría que hacer lo mismo, sería lo más sano.

Ella otra, también me dijo "él no te debe nada, no te ha prometido nada"

Ella otra otra, medio loca decía "pero está bien, me agrada que sea todo así, que nunca se sepa, que no se está seguro de lo que siente"

Me dio miedo y vergüenza llegar a ese nivel de dolor de callarlo todo. Dos diferencias: uno fue de golpe y casi por imitación. El otro tardará más tiempo.

Quizás menos, pero no quiero pensarlo.


Ahora nada, sueño, la vecina está divagando en mala.

La verdad

Había olvidado por un instante cómo miras.
Creo que en mi vida había tenido menos importancia el olvido de algo tan fugaz como la mirada de alguien.
No, no me inquietaba. 
Por otro lado pensaba en algo sin mucha relación... olvidaba ese montón de emociones ocultas bajo
mis manos, bajo el cabello, bajo el rostro. Había olvidado por completo el registro de esa obsesión.
Pienso que, quizás en un tiempo más debería borrarlas. Ya simplemente dejó de ser lo mismo.

Pensaba, incluso, que me había vuelto neutral. Sí, me dieron varios pésames e intentos de abrazo, que por cierto
no quise recibir. Me sentí completa en ese estado de soledad. 
Me decía "bueno, hasta aquí ha llegado todo." 

Siempre hay más de alguien diciendo "pero al menos dijiste lo que nadie se atrevía a decir, ya no tienes esa duda." Sí, esa ya no la tengo. Tengo muchas más.

Y aunque ya no es lo mismo, aunque no sea exactamente la misma, ayer justamente pensaba en lo ridícula que fui, pero sin vergüenza, sin sonrojarme, sin lágrimas.

"¿Qué quieres hacer?"

Por un instante el corazón se me congelaba y pensaba "¿Irá a dejar esta ventana abierta?" 
Repitió, "¿Qué quieres hacer?" ... Y más estúpida que nunca dije la verdad.
Podría haber inventado a otra persona, podría haberte dicho que haría malabares, que cruzaría montañas, no lo sé, cualquier cosa que no fuese yo.

Pero lo fui. Y a ti no te gustó. 

Y no fue suficiente.

Y aunque piense que tenemos una conversación pendiente, jajaja, la vida me ha dicho que eso nunca sucede.

Jamás habían dolido tanto las palabras.
Era algo así como escuchar "la muerte" incansable en mi cabeza.
Pues le miré a los ojos, tratando de recordar lo que tantas veces ensayé.
Dije en parte sí, por otro lado me aprovechaba de su flaqueza.
Aun así me acorraló.
Me examinaba sonriente, tenía la victoria amarga cruzada en la garganta.
Por otro lado yo, con una herida sangrante trataba de ahogar el nudo.
Pero claro, hasta el nudo se escapaba tibio entre lo que quedaba de mí.

Era como si esta mañana, una vez mirando la pared en blanco,
supiera que iba a morir. 
Jamás habían dolido tanto las palabras,
jamás había tenido el miedo que sentía, el miedo de no poder siquiera
decir nada.
La muerte es tan graciosa y atractiva, 
la muerte de lo que podía ser y no fui.

La muerte claro, de lo que cada noche a las estrellas prometía,
la muerte de lo que nunca fue y tampoco será.

Me hubiese gustado pensar que eran palabras, pero no eran más que
el palpitar de tus verdades. 

El dolor decía hoy, siempre es más incómodo.

Jaque




Ella estaba sentada esperando el frío,
ella contemplaba un paisaje oscuro, una mancha azulina en los ojos.
Él esperaba la calma, el silencio, terminar con el fondo de esa caja de leche.
No hablaban nunca, o casi nunca, eventualmente. Él se enrrollaba siempre los cigarros,
ella enrrollaba su lengua una y otra vez.
Ella tras la amarga sorpresa camina lentamente hacia la parada.
Él sin despedirse tomó su bicicleta y escapó.
El otro se fue sin siquiera saber a dónde, ni por dónde, ni por qué.
Ella perdió su trato.
Su corazón estallaba en su pecho, le recorría un dolor horrible.
Ella mantenía la mirada fija, la música tintineaba en su cabeza.
Ella sentada en movimiento, sobre la acera, pensando en cómo morir.
No bebe no, ya no bebe. Fuma a veces.
No piensa ya, sufre en demasía. 
A él le ha dicho cosas, pero el silencio otorga tanto así como la estupidez.
Ella se habría muerto, pero no tenía con qué.

Cartas sobre el camino

Crearé recuerdos que más tarde olvidarás,
porque a mi corazón iluso le guardaba esperanzas.
Porque a mi memoria hacías falta,
a veces creer es aun más peligroso que la mentira misma.

Recubrí mis ojos húmedos, mis manos tibias,
mis mejillas tibias,
de canciones y lamentos absurdos que te hacían reír.
No guardaba más que esos momentos,
que ese aroma, que esa estupidez.

No me interesaba en absoluto,
no me importaba más que la ausencia del tiempo.
Fatigados músculos, inertes esperas,
ridículos silencios, nauseabunda frialdad de otoño.

El invierno fue aun más solitario,
y las calles rodeadas de espasmos y suspiros.
Y lluvia
Y mis lágrimas
Y tu indiferencia
Y tantas cosas más que preferiría olvidar.

Pero no tiene sentido
dejó de tenerlo hace tanto tiempo.
¿Por qué?
¿Tendría que existir acaso?
Ahora soy quien tiene tantas preguntas ardiendo en los labios,
pero sin el tiempo siquiera de desperdiciarlas.

No tengo tu rostro, no tengo tus manos, ni tus hombros,
ni a ti. Pero no te quiero a ti. No es necesario.


Ahora yo tengo las preguntas, pero no quiero las respuestas.

En realidad es sólo una...
¿Siempre fuiste así con todo el mundo? Y si así lo fuese, entonces te mentiría, serían dos.
¿En qué momento entonces dejé de girar? 


______________________
Odio mi pseudo-poesía. Pero declaro que no es sino más que una corriente de pensamiento. La verdad es que escribo en las micros. Sí, en transantiago. Y cada vez que la micro frena, redacto rápidamente lo que el pulso me permita. No es una excusa, sólo trato de explicar que esto no es poesía. Pero todos sabemos, con nuestra herencia romántica, que a esto se le parece la poesía. Que en verdad no es.



Ya regresé. Sí, debo admitirlo, por un momento tuve ese sentimiento de "pertenencia". Veía mi pieza luego de re-ordenar todo lo que el terremoto botó, y era casi simbólico. Sin luz aun, sin conocer la situación de muchos, con mis hermanos en casa, mi sobrina, mis padres, sentí que luego de tres meses había regresado años atrás. Me sentí en un lugar. 

Hoy mi propia familia me vino a dejar. Tomamos el té juntos, jugamos con el perro, conversamos.
Ya se han ido, y me siento asquerosamente infantil. Los extraño cada vez más, cuando siempre me han dicho que es cosa de acostumbrarse. 

Yo, tengo un problema con eso. Siempre extraño demasiado.


Una vez en el micro mañana, sé que lo olvidaré, escuchando música, mirando a los ojos a la gente, preguntándome cómo les habrá ido a todos en mi casa. No casa, el nido. 


Regresé a la Vecina de Ningún Lugar. 
De vacaciones por cierto, que en algún momento estuvo.

Ya queda poco



Traté de seguir un LJ, pero no sé, esto se ha transformado en una mala costumbre. Digo, mala costumbre en el sentido que no es una conducta que mantenga siempre, sino que realmente cuando lo necesito, escribo.

Me ayuda a.. no sé, llevar ¿una cuenta? no sé como llamarla, pero algo así como un registro, como si fuese a olvidar de pronto todo.

En fin. Ayer dije algo que me sorprendió, traté de imaginarme diciéndolo, desde fuera de mí claro.

"A veces ser serio no mata a nadie" o algo así. Hoy dije a una muy querida amiga
"Tanta gente que debo amar por la vida" Y entre todo sacamos entonces, concluyendo siempre en sueños "Debería ser a prueba de balas, de traiciones, de rechazos y demases" "De rechazos sobretodo" ...

Sí, no suena nada extraño, pero por un momento me alarmé: había olvidado que existía el corazón.


Hoy me dieron la pésima noticia que la niña que ayudaba a mi tía en la casa en Stgo se fue... Mi amiga, mi compañera de pieza, la que me escuchaba, y la que yo escuchaba... me despertó una angustia el corazón, ella se fue y no tengo cómo encontrarla. Mi cómplice, mi guardián... Ella se fue.

Y a pocos días de volver...

Esta es una de las pocas fotos que tengo de ti. Te voy a extrañar tanto...